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Lo dice Reporteros sin Fronteras:»La libertad de prensa nunca había estado tan amenazada globalmente»

NUEVO PERIODISMO. Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017: un gran giro

La edición 2017 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF) muestra la gravedad de los ataques contra los medios de comunicación, así como el triunfo de los ‘hombres fuertes’, que han hecho que el mundo –en particular las democracias– entre en la era de la ‘posverdad’, la propaganda y la represión.

I. La caída de las democracias y la llegada de los ‘hombres fuertes’

La Clasificación Mundial publicada por RSF muestra que la situación de la libertad de prensa podría dar un gran giro, sobre todo en los países democráticos (leer nuestro análisis El periodismo, debilitado por la erosión democrática). Parece que ya nada detendrá la caída que desde hace varios años experimentan las democracias. La obsesión por la vigilancia y el que no se respete el secreto de las fuentes periodísticas contribuyen a que numerosos países que antes tenían un buen desempeño, desciendan en la Clasificación: Estados Unidos (43º, -2), Reino Unido (40º, -2), Chile (33º, -2) y Nueva Zelanda (13º, -8).

La llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos y la campaña del Brexit en el Reino Unido fueron como una caja de resonancia para el “media bashing” y los muy tóxicos discursos anti medios de comunicación, e hicieron que el mundo entrara en la era de la “posverdad”, la desinformación y las noticias falsas.

De forma paralela, en todos los lugares donde el modelo de hombre fuerte y autoritario triunfó, la libertad de prensa retrocedió. La Polonia (54º) de Jaroslaw Kaczynski perdió siete lugares en la Clasificación de 2017. Tras haber transformado al sector audiovisual público en herramienta de propaganda, el gobierno polaco se propuso asfixiar económicamente a diversas publicaciones independientes que se oponían a sus reformas. La Hungría de Víktor Orbán perdió cuatro lugares (71º); la Tanzania de John Magufuli, 12 (83º). Turquía (155º, -4), tras el fallido golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdogan, definitivamente dio un vuelco: ahora se ubica del lado de los regímenes autoritarios y es la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación. Mientras tanto, la Rusia de Vladimir Putin permanece anclada en la parte inferior de la Clasificación, ocupa el lugar 148.

“El gran giro que experimentan las democracias produce vértigo en todos aquellos que piensan que sin una libertad de prensa sólida, no pueden garantizarse las otras libertades”, señaló Christophe Deloire, Secretario General de Reporteros sin Fronteras. “¿A dónde nos llevará esta espiral infernal?”, cuestionó.

II. Noruega, primer país de la Clasificación 2017; Corea del Norte, el último

En el nuevo mundo que se perfila, donde prevalece un nivel a la baja, hasta los que siempre fueron ‘buenos alumnos’, los países nórdicos, tuvieron fallas: Finlandia (3º, -2), que estaba a la cabeza de la Clasificación desde hace seis años, perdió su lugar debido a las presiones políticas que sufrieron los periodistas y a los conflictos de interés registrados; ahora su lugar lo ocupa Noruega (1º, +2), que no forma parte de la Unión Europea. Un duro golpe para el modelo europeo.

En segundo lugar se encuentra Suecia, que asciende seis lugares. Aunque los periodistas siguen padeciendo amenazas, las autoridades han enviado señales muy claras condenando a los autores de estas agresiones en varias ocasiones en 2016. La colaboración entre algunos medios de comunicación, sindicatos de periodistas y la policía es un avance en la lucha contra estas amenazas.

En el otro extremo de la Clasificación se encuentra Eritrea (179º) –país que autorizó a los medios de comunicación extranjeros a entrar en su territorio por primera vez en 2007 y bajo extrema vigilancia–, que dejó de ocupar el último lugar en la Clasificación para dejárselo a Corea del Norte. El régimen norcoreano sigue manteniendo a la población en la ignorancia y el terror. Por el simple hecho de escuchar una radio ubicada en el extranjero, un ciudadano puede ser enviado a un campo de concentración. Entre los últimos de la lista también se encuentran Turkmenistán (178º), una de las dictaduras más cerradas del mundo, en la que la represión de los periodistas no deja de intensificarse, y Siria (177º), sumergido en una guerra interminable, que sigue siendo el país más mortífero para los periodistas, asediados por un dictador sanguinario y por grupos yihadistas (leer nuestro análisis Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017: un mapa del mundo cada vez más sombrío).

LA LIBERTAD DE PRENSA NUNCA HABÍA ESTADO TAN AMENAZADA

La libertad de prensa nunca había estado tan amenazada. De hecho, el índice global nunca había sido tan elevado (3872). En cinco años el índice de referencia empleado por RSF ha registrado un deterioro de 14%. En 2016 la situación se agravó en cerca de dos tercios (62,2%) de los países incluidos la lista*, mientras que el número de Estados en los que la situación de los medios de comunicación se considera “buena” o “más bien buena” disminuyó 2,3%.

La zona de África del Norte y Oriente Medio, desgarrada por los conflictos armados –no sólo en Siria, también en Yemen (166º)–, sigue siendo la región del mundo donde es más difícil y peligroso para un periodista ejercer su profesión.

A poca distancia se encuentra la zona de Europa del Este y Asia Central. Cerca de dos tercios de los países de esta zona rondan alrededor o bajo el lugar 150 de la Clasificación. No sólo Turquía experimentó un gran descenso. En 2016 el gobierno ruso de nuevo intentó acrecentar su control de los medios de comunicación independientes, mientras que los déspotas del espacio postsoviético, de Tayikistán (149º) a Turkmenistán (178º), pasando por Azerbaiyán (162º), perfeccionaron sus sistemas de control y represión.

La región Asia-Pacífico, que ocupa el tercer lugar, es la que bate todos los récords: en ella se encuentran algunas de las mayores prisiones del mundo para periodistas y blogueros –China (176º) y Vietnam (175º)–, como algunos de los países más peligrosos para los periodistas –Paquistán (139º), Filipinas (127º) y Bangladesh (146º)–. En la región también convive un gran número de “predadores de la libertad de prensa”, que dirigen las peores dictaduras del planeta –China, Corea del Norte (180º) y Laos (170º)–, agujeros negros de la información.

Después se encuentra la zona de África, donde se ha vuelto en una costumbre cortar el acceso a Internet durante las elecciones y cuando se registran movimientos sociales.

Enseguida, la zona de América, donde Cuba (173º, -2) es el único país del continente americano que está en la parte negra de la Clasificación, donde se ubican las peores dictaduras y los regímenes autoritarios de Asia y Oriente Medio.

Finalmente, a pesar de sus malos resultados, el continente europeo sigue siendo la zona geográfica donde los medios de comunicación son más libres. Sin embargo, el índice global del continente europeo es el que experimentó el mayor deterioro: +3,80% en un año. El empeoramiento de la situación es más impactante si se observa su evolución en los últimos cinco años: +17,5%. Como comparación, en el mismo periodo el índice de la zona Asia-Pacífico experimentó una variación de 0,9%.

“RSF lamenta el pernicioso y continuo deterioro de la situación de la libertad de prensa en América Latina”, aseveró Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “La inestabilidad política y económica registrada en diversas regiones de esta zona no justifica que exista un ambiente hostil para el trabajo de la prensa. Los periodistas que investigan temas delicados, que afectan los intereses de los dirigentes políticos o del crimen organizado, suelen ser agredidos, perseguidos, asesinados. Frente a una amenaza multifacética, con frecuencia los periodistas deben autocensurarse, incluso exiliarse, para sobrevivir. Esta es una situación intolerable en países democráticos. Ya es hora de que la tendencia se invierta y de que el gremio periodístico pueda liberarse de los numerosos obstáculos que enfrenta”, añadió.

Clasificación de las zonas geográficas


III. Ascensos, caídas y mejoras aparentes
En 2017 Nicaragua (92º, -17) se desprendió: experimentó la mayor caída registrada en la Clasificación. Para la prensa independiente y de oposición, la controvertida reelección de Daniel Ortega estuvo marcada por múltiples casos de censura, intimidación, acoso y detenciones arbitrarias. Otro descenso notable, de doce lugares, es el de Tanzania (83º), donde el presidente John Magufuli, conocido como “bulldozer”, no deja de aumentar su control sobre la prensa.

En medio de esta caída generalizada hay dos países que ascendieron en la Clasificación de 2017 y que generan esperanzas. Uno de ellos es Gambia (143º, +2), país que, liberado de un presidente autócrata, redescubre diarios no censurados y planea reformar una legislación que es muy restrictiva con la prensa. Otro es Colombia (129º, +5), donde los históricos acuerdos de paz pusieron fin a un conflicto armado que duró 52 años y fue fuente de censura y de violencia contra la prensa. Una señal prometedora: en 2016, por primera vez en siete años, no asesinaron en el país a ningún periodista.

Por otra parte, hay otros ascensos en la Clasificación de 2017 que, aunque parecen notables, son en realidad sólo mejoras aparentes. Italia (52º) subió 25 lugares después de que se absolvió –entre otros– a los periodistas italianos juzgados en el caso del VatiLeaks 2. Sin embargo, sigue siendo uno de los países europeos donde hay más reporteros amenazados por las organizaciones mafiosas y criminales. Francia recuperó seis lugares, ahora se ubica en la 39ª posición, pero este ascenso es casi automático, pues en 2015 había experimentado una caída excepcional debido a la masacre cometida en la redacción de Charlie Hebdo. Si se hace un paréntesis y no se tiene en cuenta ese año, en 2016 Francia obtuvo su peor puntuación desde 2013 (22,24). En 2016 los periodistas franceses tuvieron que movilizarse para defender su independencia, en medio de un ambiente cada vez más violento y deletéreo. El mal desempeño del país también se debe a los casos de empresarios que se sirvieron de los medios de comunicación que poseen para ejercer cierta influencia. Por otra parte, la ley relativa a la independencia de los medios de comunicación que RSF celebró, no bastó para que hubiera un verdadero cambio en la situación. En Asia, Filipinas (127º) subió once lugares porque el número de periodistas asesinados descendió en 2016, pero los insultos y las amenazas contra la prensa proferidos abiertamente por el presidente Rodrigo Duterte, otro hombre fuerte que recientemente llegó al poder, hacen presagiar lo peor.


Evolución de la puntuación de Francia

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publicada cada año por RSF desde 2002, permite conocer la situación y la posición de 180 países en lo que se refiere al pluralismo y la independencia de los medios de comunicación, la seguridad y la libertad de los periodistas. La Clasificación de 2017 se elaboró teniendo en cuenta las violaciones a la libertad de informar registradas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2016.

Los índices globales y regionales se calculan a partir de las puntuaciones de los países que los conforman. Las puntuaciones se establecen a partir de un cuestionario traducido en veinte lenguas, que es respondido por expertos de todo el mundo, al que se suma un análisis cualitativo. Entre mayor sea el índice, peor es la situación. Gracias a su creciente notoriedad, la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa se ha convertido en una herramienta de defensa y promoción esencial, que cada vez tiene mayor influencia.

*»El término ‘país’ se emplea aquí en el sentido corriente (Estado), no en la acepción empleada para llamar a ciertos territorios”.

 

FUENTE: rsf.org