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Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa: Kesman habla como empresario y no como laburante del periodismo…

LA OPINION EN EL URUGUAY. Desde su Facebook Ricardo Gabito Acevedo.

 

«Gracias a esos «mimosos» explotados…Alberto Kesman se ha hecho millonario, veranea en Punta del Este, vive en un barrio bacán, tiene un auto de alta gama, no tiene problemas para llegar a fin de mes, pero se hace el piola con un discurso del «rioba» para caer simpático y hacerse el populacho»

Al relator Alberto Kesman, no le importa que sus compañeros -locutores deportivos- trabajen en condiciones inhumanas, arriesgando sus vidas, en cabinas que se inundan e instalaciones eléctricas muy precarias.

Kesman criticó a compañeros de laburo – locutores- que fueron al Parlamento a denunciar graves irregularidades y violaciones a sus derechos laborales.

Kesman está de acuerdo que los locutores deportivos trabajen por salarios de hambre, a quienes no les pagan horas extras, salarios vacacionales, aguinaldos y los tienen en «negro», y en algún caso, hace cinco años que no le otorgan un miserable aumento de salario.

Kesman dice que los que no aceptan esas reglas de juego, le dejen el lugar a otro que quiera trabajar.

Dice que son unos «mimosos».

Lamentable la opinión del relator, que habla como empresario -como la mayoría de los relatores de fútbol en el Uruguay, que ganan miles de dólares por mes sin importarles para nada, que a su lado, trabajan colegas que ganan unos pocos pesos y muchas veces arriesgan sus vidas porque lo hacen en condiciones insalubres.

Y cuando ellos se rebelan y piden que se respeten sus derechos, Kesman dice que son unos mimosos y si no aceptan ser esclavos de él mismo, que le dejen el lugar a otro.

Gracias a esos «mimosos» explotados, y otros que también ganan unas migajas -como los vestuaristas- Alberto Kesman se ha hecho millonario, veranea en Punta del Este, vive en un barrio bacán, tiene un auto de alta gama, no tiene problemas para llegar a fin de mes, pero se hace el piola con un discurso del «rioba» para caer simpático y hacerse el populacho.

A mi me gustaría que Alberto Kesman se haga menos el piola, sea más solidario con sus compañeros de abajo, que ganan menos de diez mil pesos por mes y en vez de descalificarlos, sea más solidario con los débiles que han contribuido para que él se haya salvado económicamente, hace ya hace décadas.