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PLAN 2030

El diputado uruguayo evangelista, Gerardo Amarilla, denunció y exige que se investiguen los atentados contra locales de templos evangélicos y organizaciones de Uruguay

ODIO RELIGIOSO EN URUGUAY. 
Se trata de una serie de actos violentos y daño a locales de iglesias o entidades evangélicas de Uruguay que se están produciendo en torno a la celebración del II Congreso Sudamericano por la Vida y la Familia, del 22 al 24 de noviembre en Punta del Este, Maldonado.

Gerardo Amarilla sostuvo que es “preocupante que estos visos de intolerancia y falta de respeto aumenten en la sociedad uruguaya” y lamentó que el Ministerio de Interior no haya respondido a sus planteos.

Amarilla advirtió que se está observando una creciente intolerancia a la fe y a la expresión pública de la misma, algo que ya había expresado recientemente diciendo que en Uruguay hay una ‘cacería de brujas’ por la fe de las personas, cuando varios políticos acusaron al alcalde de la ciudad de Salto porque oraron por él pastores evangélicos dentro de su despacho.

Una denuncia que se repitió por parte del liderazgo evangélico de Uruguay y todo Latinoamérica (a través del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia) al suscitarse la inexplicable marcha atrás en la declaratoria de interés para el Congreso Regional para la Vida y la Familia, por parte del ministerio de turismo.

Rematando este clima de fomento del rechazo a los evangélicos, hace pocos días la ministra de Educación y Cultura de Uruguay, María Julia Muñoz, expresó en un grupo de Whatsapp frenteamplista que las iglesias evangélicas (pentecostales) son un “sector, para no decir plaga, que aumenta”.