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PLAN 2030

El chip de la descentralización: “En donde haya un uruguayo deben estar presentes, por lo menos, la televisión y las radios nacionales”

NUEVO PERIODISMO. En 2005 comenzó una reestructura en las radios estatales a partir de varios cambios en la concepción de estas, con mejoras de infraestructura, objetivos a escala país y la incorporación de comunicadores y músicos reconocidos haciendo radio. Esa es también la historia de un sistema de radiodifusión nacional con un perfil y un nombre definido para cada una de las emisoras que forman parte de él y que comenzaron a mirar más allá de Montevideo.

 

“Es difícil la objetividad, somos un medio público. A veces ni los gobernantes entienden lo que es eso, pero trabajamos según la ley y lo que dice sobre Radiodifusión Nacional y Televisión Nacional, en cuanto al perfil del medio público»

 

“En donde haya un uruguayo deben estar presentes, por lo menos, la televisión y las radios nacionales”, manifestó Sergio Sacomani al comienzo de su gestión al frente de las radios estatales, con cambios que llevaron a las por entonces emisoras del SODRE (hoy parte del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional) a vivir, en su conjunto, una suerte de resignificación como medio de comunicación público. En un país donde los medios no son ajenos al ombliguismo montevideano, las iniciativas descentralizadoras resultan toda una innovación. En tiempos lejanos, a las emisoras del Estado les fueron otorgadas 23 repetidoras en el interior, y a fines de los 80 el SODRE instaló una en Rocha, otra en Colonia y una tercera en Maldonado. Entre fines de los 80 y 2006 contaba con esas tres, más allá de tener otras 20 por instalar. En aquel momento Sacomani era el director de Radiodifusión Nacional y convocó a Pedro Ramela, quien luego ocuparía su lugar, para profundizar esa descentralización a partir de varias iniciativas. Una de ellas implicó presupuestar lo necesario para poner en marcha las otras 20 repetidoras, y para ello confió en los conocimientos de Ramela, funcionario del SODRE desde 1979 y en aquel entonces jefe del departamento técnico. Lo sumó como gerente ejecutivo y durante aquella primera planificación del nuevo sistema de radios estatales se tomó como insumo un estudio socioeconómico sobre el contenido de los productos, realizado por el Instituto Nacional de Estadística. Este análisis les permitió avanzar en la determinación de un perfil para cada una de las emisoras, además de establecer los contenidos a transmitir por las repetidoras. Ubicaron a Babel en Maldonado y Montevideo, mientras que la repetidora de la frontera con Brasil pasó a transmitir Emisora del Sur, porque entendieron que lo musical podía ser interesante para la idiosincrasia del país norteño.

Aquel momento coincidió con algunas encuestas con mucha repercusión mediática, en las que niños que habitaban en la frontera con Argentina respondieron que el presidente uruguayo era Carlos Menem. Aquel dato también pesó para que se resolviera retransmitir Radio Uruguay (la emisora más periodística) en la frontera con Argentina. Entre tanto, hacia el centro de la República se realizaron estudios de cobertura para no repetirse en los cruzamientos de una emisora con otra. De ese modo se desarrolló la primera fase de este plan de descentralización, que ponía énfasis en la instalación de repetidoras. “Siempre estuvieron las frecuencias –señala Ramela–, pero nunca hubo voluntad política para invertir. Tuve una experiencia anterior con un presidente del SODRE y un director de radios puesto por el Partido Nacional, a quienes, como dirigente sindical, les planteé demandas de intendencias que le pedían a la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones tener frecuencias; todas querían una radio, y le caían al SODRE”. A raíz de eso, Ramela pensó que lo mejor sería trasladar la inquietud al Congreso de Intendentes. Pactaron una reunión y notó que, para los participantes en ese organismo, tener un medio era “el sueño del pibe”. Hablaron de productos culturales que llegaran a todo el país, y de que las intendencias tuvieran sus espacios. A la semana fue convocado por sus superiores para decirle que aquella reunión había sido un éxito, pero que sus respectivos partidos les habían dicho que era impensable que el SODRE pusiera emisoras en todo el interior. Sin embargo, actualmente no queda departamento sin cobertura de una emisora estatal, más allá de que no se llegue a algunos pueblos pequeños.

Otra parte de esa mirada descentralizadora ha sido la selección de corresponsales en todo el país desde hace una década. Ramela destaca que “no se trata sólo de información desde Montevideo al interior, sino de un ida y vuelta. Esos corresponsales trabajan en Mirada interior, que próximamente será un espacio temático, con la idea de saber qué sucede en cada lugar en relación con determinado asunto. Que cada departamento se escuche es un servicio público”.

De locales

Tras el fallecimiento de Sacomani, a Ramela le plantearon trabajar en la dirección, y desde 2015 continúa con ese plan descentralizador, mediante pasos vinculados a la realización de programas en cada departamento. Para ello se analizaron las posibilidades de firmar convenios en el interior, tomando como primera experiencia dos intendencias de diferente signo partidario: las de Salto (Frente Amplio) y Cerro Largo (Partido Nacional). Comenzaron en el canal 8 de Melo, donde les comentaron a sus trabajadores que no tenían previsto armar una señal de televisión, pero sí hacer un programa local. Desde entonces, sumaron a la corresponsal del lugar, y desde marzo del año pasado empezaron en Melo con el primer programa local, de lunes a viernes a las 10.00, contemplando que interrumpe la grilla que se transmite desde Montevideo. Ahora en Melo funciona un consejo editor con representantes de todos los partidos políticos del lugar, los diputados y senadores, el intendente, el director de Cultura departamental, instituciones educativas, el Ministerio de Desarrollo Social, el INAU, la Policía y el Ministerio de Defensa, entre otros. Tras la experiencia llegaron a Salto, donde el panorama que encontraron fue diferente: “Hay una base fuerte de la Universidad de la República y de la UTU de Periodismo y Comunicaciones. Aparte de contar con nuestra corresponsal, la intendencia aportó un periodista, y contamos con un comunicador muy reconocido del lugar, Roberto Lucero”.

Ese modelo está siendo replicado en Artigas desde hace algunas semanas, con una línea de trabajo que implica convenios entre instituciones, fundamentalmente con los Centros MEC y las Usinas Culturales. En Melo funcionan en un local de Televisión Nacional del Uruguay, mientras que los programas de Salto y Artigas se hacen en Usinas Culturales del MEC. A corto plazo se reunirán con el intendente de Rivera, Marne Osorio, por el comodato de un espacio donde funcionan una organización no gubernamental y un Centro MEC, que están interesados en armar un ámbito cultural. “Ahí no hay usina y se piensa armar algo para radio y también para sonido. Otro departamento en el que estamos trabajando es Florida, donde contamos con un espacio que no está adecuado, pero invertiremos en ello. Vamos a lugares donde hay estudios de grabación y sonido”, comentó Ramela. En ese camino también está Rocha, que cuenta con una Usina Cultural en Castillos, donde se generaría el programa local que emitiría la repetidora del departamento. Después de Castillos, piensan continuar con los proyectos de Rivera y Florida. En una etapa posterior irían por Durazno y Treinta y Tres, además de estudiar la posibilidad de Canelones. Según estima Ramela, entre este año y el próximo sumarían cuatro programas locales.

Radio sobre ruedas

Ese ida y vuelta entre Montevideo y el resto del país incorporó otra herramienta con el estudio móvil, que se propuso llegar este año a todas las capitales departamentales y en 2018 a las ciudades secundarias. Ramela lo define como “un producto diferente. Es el único estudio móvil de radio que hay en nuestro país y vino equipado de Brasil. Desde allí vamos a generar nuestros programas en cada lugar. Cuando nos piden de tales departamentos que vayan tales programas, inventamos un camino lo más económico posible para ir recorriendo el país, enganchando dos o tres localidades y optimizando los recursos. Somos un país chico con malas comunicaciones, y eso genera costos elevados para los traslados”.

Tanto la adquisición de ese estudio móvil como la audiencia de las emisoras estatales y la objetividad de sus comunicadores fueron objeto de críticas en las últimas semanas por parte de algunos comunicadores y de actores políticos. Acerca de esos comentarios, Ramela explicó que este año, por primera vez, se asociaron al Buró de Radios y validarán esa encuesta en el área metropolitana. Además, tiene pensando profundizar sobre esas estadísticas a nivel nacional, mediante una licitación que permita saber cuántos escuchan también en el interior y cuántos ven TNU. Respecto de los cuestionamientos sobre el perfil oficialista de los medios estatales, señaló: “Es difícil la objetividad, somos un medio público. A veces ni los gobernantes entienden lo que es eso, pero trabajamos según la ley y lo que dice sobre Radiodifusión Nacional y Televisión Nacional, en cuanto al perfil del medio público. No hay dudas de que el gobierno nacional tiene que estar, y también los departamentales, pero también las respectivas oposiciones y quien piense diferente en cuanto a cualquier acontecimiento importante”.

En esa línea, el director comentó que nota más difícil esa búsqueda de objetividad en el interior que en Montevideo, pero apuesta al profesionalismo de los periodistas que comprenden su responsabilidad. A la vez, establece diferencias en cuanto al rol de las radios públicas y el de las privadas, señalando que las primeras tienen, entre otras obligaciones, las que derivan de estar entre las pocas emisoras uruguayas que se mantienen en onda corta. De esa forma, se distancia de lo que sucede con la lógica de las privadas: “Nuestra obligación es mantener los medios que tenemos. Un privado calcula si le rinde económicamente. Es un momento difícil para la comunicación, con una baja de inversión en productos; nosotros tenemos el deber de mantenerlos y de seguir mejorando. Lo que otros medios pueden hacer, tomándole el pelo a la gente y entreteniendo a muchos, o haciendo un karaoke radial, no está dentro de nuestras tareas; tratamos de dar otro contenido, que a veces no es de taquilla, pero pueden ser las cosas que más le quedan a la gente”.

Ramela señala que sólo el sistema de radios públicas hace un programa sobre nuestras colectividades en el exterior (Departamento 20), al que se ha sumado otro sobre las realidades fuera de Montevideo (Departamento 20 Interior). Y subraya: “El Estado está en todos lados. A veces hay esfuerzos poco difundidos y muy desperdigados. Estamos en un mundo que cambia todos los días y no podemos quedarnos quietos, siempre tenemos que estar con la brújula de buscar dónde está la gente, ir a los lugares, no olvidar quién paga nuestros salarios”.

 

 

 

Fuente: La Diaria