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El periodismo deportivo de estos tiempos

NUEVO PERIODISMO EN EL URUGUAY.

«No existía frente a un micrófono la palabra soez o agraviante para alguien, se decía y escribía lo que realmente pasaba, no se inventaba nada»

 

¿Qué tema no? Te acordás hermano que tiempos aquellos, eran otros periodistas los nuestros.

 

«Esto como introito para lo que viene ahora, el desastre del actual periodismo deportivo, sumido en la mayor pobreza intelectual y del conocimiento, a pesar de todos los avances tecnológicos en los que se mueven, que aquellos prohombres del pasado no tuvieron»

 

Auténticos SEÑORES así con mayúscula, daban cátedra al hablar y al escribir, actuaban con imparcialidad en la información y en la opinión ni que hablar en el comentario certero y con jerarquía sobre lo que veían. Eran creíbles mas allá de su partidarismo, ellos hablaban y escribían para todo el mundo y no para una colectividad deportiva. Se cuidaban en el acierto o en el error. Hacían docencia de su profesión, mas allá de que habían muchos autodidactas.

No existía frente a un micrófono la palabra soéz o agraviante para alguien, se decía y escribía lo que realmente pasaba, no se inventaba nada. Es cierto la televisión no existía y ocurrían cosas que pasaban desapercibidas. Era agradable encender la radio a horas determinadas y oír comentarios sensatos, equilibrados, racionales, compartibles o no, pero respetuosos, la mala palabra no era el común denominador.

Por ello mi recuerdo imborrable para Dionisio Alejandro Vera (DAVY), ADOLFO OLDOINE (OLD), Luis Víctot Semino. Jorge Bazzani, Cacho Vázquez, Luis Esteva Ríos, Hugo Matteo, José Bash, Trifón ILich, Gualberto De León, la popularidad pero, también la sapiencia de Dalton Rosas Riolfo, Carlos Penino, y tantos otros que me olvido y que fueron enseñanza pura.

No me olvido de los relatores que escuché, populares al máximo, pero no chabacanos ni ordinarios a la hora del decir durante 90 minutos, en tiempos en que se ganaba y tenían letra a más no poder, porque tenían vocabulario para moverse y vaya si se sabían mover, tenían educación y léxico y tenían clase para relatar partidos de fútbol. Carlos Solé el más grande de todos, Heber Pinto, Lalo Fernández, Dulio De Feo, Víctor Hugo Morales, Ruben Casco, Horacio Vicco.

De los muchos comentaristas de estirpe que nombré, no quiero que se me escape uno al que admiré profundamente: don Juan Angel Miraglia, para mi un prócer de la cultura del fútbol, de su profundo conocimiento y de su espectacular manera de expresarse sin pelos en la lengua ante quien fuera pero sin jamás faltar el respeto a nadie.

 

«Un relator de fútbol popularizó una frase, es lo que hay valor, qué triste no, qué pobreza franciscana. Hoy muchos periodistas deportivos, son muy malos periodistas deportivos, pero han hecho plata a paladas porque un ambiente putrefacto lo ha permitido, sus protagonistas lo saben y les importa un bledo lo que se diga»

 

Esto como introito para lo que viene ahora, el desastre del actual periodismo deportivo, sumido en la mayor pobreza intelectual y del conocimiento, a pesar de todos los avances tecnológicos en los que se mueven, que aquellos prohombres del pasado no tuvieron. No sé, ni me he puesto a contarlos, pero programas deportivos futbolísticos en la capital deben haber no menos de 20 a 25 por día, todo un despropósito para decir siempre lo mismo en forma reiterada en los diferentes medios. Con el agregado de que en muchos casos sin gente con la mínima preparación educacional  y de conocimientos y ni que hablar en el vocabulario empleado, que es en muchos casos deplorable y atentatorio contra el idioma castellano.

Ojo La televisión no está exenta de esta debacle periodística, sustentada infamemente por sponsors que no saben o no les interesa elegir y apoyar más a la calidad que a la cantidad. Y así estamos en un círculo vicioso, improductivo por demás, donde se mueve mucho dinero sin el más mínimo sentido práctico y eficiente para los responsables que los pagan, y en detrimento de unos pocos que son los que auténticamente debieran, por la sencilla razón del artillero, permanecer en escena.

Yo estoy convencido que los medios de comunicación, tendrían que reveer esta manera de firmar contratos con cualquiera que con el apoyo de anunciantes se presente a solicitar un espacio radial, en el caso que nos motiva, deportivos futbolísticos. No debería quedar al margen quien tenga que ver con todo el sistema de comunicaciones del estado. Sería un enorme beneficio para los oídos de la población, que podría elegir entre unos pocos, la calidad que este país ha perdido por haber incursionado desde un tiempo a esta parte, en emparejar todo hacia abajo, con el fin de decirle a la gente, vamos arriba que todo está bien, cuando no es así.

Un relator de fútbol popularizó una frase, es lo que hay valor, que triste no, que pobreza franciscana. Hoy muchos periodistas deportivos, son muy malos periodistas deportivos, pero han hecho plata a paladas porque un ambiente putrefacto lo ha permitido, sus protagonistas lo saben y les importa un bledo lo que se diga.

No hay cosa que más les moleste a los periodistas deportivos, que decir: yo no hago periodismo de periodistas. Pero qué se creen estos señores acaso una casta superior, como para que nadie se ocupe del desastre al que han sometido a una profesión tan linda y tan hermosa,cuando se encara con seriedad, responsabilidad, sensatez, ecuanimidad, equilibrio, imparcialidad y honestidad.
Basta de tanta hipocresía puesta de manifiesto sin ningún tipo de escrúpulos.

VIVA EL PERIODISMO DEPORTIVO QUE NOS ENSEÑARON PROCERES DE LA PROFESION Y AUTENTICOS SEÑORES DE LA VIDA , Y NO ESTA DESGRACIA QUE NOS TOCA CONSUMIR POR ESTOS TIEMPOS Y QUE ESPERAMOS CAMBIE PARA BIEN.

Fuente: Enrique Bello (miércoles, 4 de abril de 2012, en Dale Bolso Radio)