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Cultura

Tiempo de corresponsales en el interior de Uruguay. Con El País de Julio Bacelo

CULTURA ROCHENSE. Desde Chuy, Julio Dornel.

JULIO CÉSAR BACELO

TIEMPO DE CORRESPONSALES.

Cuando le preguntamos a nuestro entrevistado por los planes que tenía para el futuro, se apresuró en contestar que deseaba “continuar viviendo sin perder la lucidez, tenemos varios proyectos en la cabeza y queremos disfrutar de este beneficio”. Resulta difícil recordar a personas que ya no están sin caer en el lugar común que genera el elogio convencional. Sin embargo con Julio Bacelo Suárez las cosas se facilitan por haber compartido varios años de tareas administrativas en el liceo Piloto de Chuy, que él dirigía desde la secretaría.

No se imaginaba el hijo de Tupambaé que los avatares de la vida le darían la oportunidad de poner de manifiesto su dimensión humana y su integración moral al servicio de las causas populares de esta frontera.

Más allá del reconocimiento popular que se merece, es justo reconocer la deuda de gratitud personal que le quedamos debiendo en el momento de su partida.

Al tributarle nuestro reconocimiento no podemos olvidar los años de periodismo que compartimos en empresas distintas, él desde las páginas del diario EL PAIS y nosotros desde LA MAÑANA y EL DIARIO. La amistad se fue cimentando en el trato diario, aprovechando el espacio periodístico para dar a conocer los “problemas del pago chico”, sin tener en cuenta las discrepancias ideológicas.

Periodista y escritor destacado, con estilo claro para plantear las aspiraciones de una aldea que buscaba su espacio en el concierto departamental. Hace algunos años las gestiones realizadas ante el Ministerio de Salud Pública por la dirección del hospital local culminaron exitosamente y la población descubrió una placa recordatoria con el nombre de JULIO CESAR BACELO en el hall del hospital como reconocimiento popular a quien tanto luchó para su construcción.

BACELO nació en Tupambaé en el mismo escenario donde allá por junio de 1904 quedaron en el campo de batalla más de 900 muertos y otros tantos heridos entre los que se encontraban varios familiares de Bacelo. En esos pagos de Cerro Largo vivió sus primeros años, sin comprender la verdadera razón de aquel enfrentamiento de blancos y colorados. Lo conocimos una tarde de junio del año 1964 cuando se dirigía a un grupo de vecinos que se dieron cita en la plaza General Artigas de esta frontera, ante una convocatoria popular que tenía como único objetivo formar una comisión que trabajaría por la construcción de un centro asistencial. El desafió estuvo planteado desde el 19 de junio del año 1964 y aquel núcleo de vecinos encabezado por Bacelo se abocó de inmediato a iniciar las gestiones ante las autoridades correspondientes.

Dueño de una gran sensibilidad para encarar campañas de solidaridad, recorrió los barrios para informar personalmente a la población cuales eran las gestiones a realizar y solicitar el apoyo necesario para encarar la obra. Hombre de pueblo, sencillo y franco se destacaba por su generosidad para encarar los problemas sociales que comenzaban a tomar impulso en la década del 60. Corresponsal del diario EL PAIS durante algunos años, se preocupó fundamentalmente por plantear en la prensa grande, los temas de interés general otorgando prioridad absoluta a la salud y a la enseñanza. Periodista generoso para el elogio pero con una manera muy especial para emitir su opinión, provocando duros enfrentamientos cuando se trataba de defender sus ideas. Supo campear distintas adversidades sin aflojar en ningún instante, como sucediera en su juventud montevideana cuando trabajaba en ANDET, en Salto con la empresa Tomás Guarino o en CIPA OLIMAR en el departamento de Treinta y Tres.

En 1954 se casa con Olga Agüero en la capital olimareña y sobreviene luego su trabajo en el Liceo de Velásquez, hasta que llega a nuestra ciudad para desempeñarse en la secretaria del Liceo local. Hombre sincero y apasionado que se daba entero por sus inquietudes como sucediera con el hospital, donde aportó su inteligencia, su fervor y su trabajo.

Para Lucio Ferreira gestor de esta iniciativa que culmino con la colocación de la placa recordatoria, “la construcción del hospital fue una de las mayores conquistas logradas por las fuerzas vivas de esta ciudad y resultado de aquella idea inicial de Bacelo lanzada en 1964 quizás como una quijotada”.

En la nota gráfica compartimos espacio con dos grandes del periodismo chacarero; Julio Cesar Bacelo (El País) y Julio César García (El Palmareño).