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Cultura

El centenario diario El Heraldo de Florida

VIEJO PERIODISMO. El 3 de febrero de 1919 nació EL HERALDO como una aventura de un grupo de jóvenes batllistas, que se resistían al centralismo político montevideano, dispuestos a librar una batalla ideológica por “los intereses del departamento” y su partido, el Partido Colorado.

Andrés Martínez Trueba, químico farmacéutico, lideraba a ese grupo que se proponía servir a los intereses de la sociedad y resultó ser primer candidato a la diputación y, más tarde, a la presidencia de la República.

 

EL HERALDO ha vivido de todo y de todo ha logrado superar. Aquel diario que nació como “Defensor del Partido Colorado y de los Intereses del departamento” pasó a existir “Por el Batllismo y hacia la democracia integral” en tiempos en que se opuso tenazmente a la dictadura de Gabriel Terra.

 

Fue Juan Francisco Guichón, que luego también ocupara encumbradas posiciones política quien, junto a su amigo, socio y compañero de batallas, Don Alberto Riva, crearon el diario que hoy heredamos.

El comité de redacción lo integraron entones Modesto Etchepare, Carlos T. Gamba, José L. Rodríguez, Andrés Martínez Trueba, C. Orestes Scotti y Juan Francisco Guichón; fue el primer administrador Manuel Benavente, a quien Don Alberto lo reemplazó en el ’21, para seguir allí, en el diario, por casi 50 años hasta su muerte.

HORAS ACIAGAS
EL HERALDO ha vivido de todo y de todo ha logrado superar. Aquel diario que nació como “Defensor del Partido Colorado y de los Intereses del departamento” pasó a existir “Por el Batllismo y hacia la democracia integral” en tiempos en que se opuso tenazmente a la dictadura de Gabriel Terra.

En esa época fue objeto de censura previa -galeras de plomo enteras eran retiradas de sus páginas-, sus directores estuvieron presos y Don Alberto Riva decidió cerrarlo en reclamo por la libertad de su compañero Guichón, que padecían prisión y destierro en Isla de Flores.

“No me avergüenza decir que el último artículo la clausura fue regado por mis propias lágrimas”, dijo Riva, años después, narrando los hechos en una conferencia.

La historia está llena de episodios graves. Guichón fue herido eN los “hechos de Pando”, y se salvó porque recibió asistencia médica, no como Julio César Grauert, que murió a causa de la gangrena.

BUENOS MOMENTOS
Pero ese grupo político combativo como el que más, luchó también por la transformación del país y de Florida.

Muchos de sus hombres lograron posiciones encumbradas, como Martínez Trueba, que fue senador y presidente y más tarde, como había comprometido, promovió la reforma del Colegiado y tuvo en honor de encabezarlo.

Guichón fue diputado y ministro del Interior e integró la delegación uruguaya para la firma del acta de fundación de Naciones Unidas, surgida luego de la Segunda Guerra Mundial. José Luis Rodríguez fue intendente, y surgió de una lista que compartió con Guichón y Don Alberto Riva.

Todo esto en un sólido conjunto de ideas que era tenazmente discutidas, elaboradas y llevadas, luego, a la práctica.

NUEVAS DEFINICIONES
Las ideas perduran y los compromisos también, por eso llega el tiempo de nuevas posturas y definiciones.

En la década del ’60 el Uruguay sufrió un proceso de radicalización política que reforzó las posiciones extremas lo que hizo que EL HERALDO se apartara del tranco del Partido Colorado, que veía alejarse de las ideas del Batllismo.

Fue en ese tiempo que empezó a construirse la idea de que “había Batllismo” en las posiciones de lucha “por la defensa de la dignidad humana”.

Ese es nuestro lema actual y fue Alberto Riva Buglio quien, en la búsqueda de redefinir el rol de EL HERALDO, lo apartó primero de los sectores del Partido Colorado y, más tarde del mismo Partido, para abrirlo amplia y generosamente hacia la sociedad y los partidos políticos en su conjunto.

Así hemos vivido por décadas, al influjo de esa transformación que se inició en 1958 cuando Don Alberto Riva y su hijo Alberto Riva Buglio generaron la inflexión que hacía falta para hacer posible que llegáramos a nuestros días.

CONSTRUIR UNA HISTORIA
No se sobrevive un siglo aferrado a un ideario si no se flexibiliza el camino. El propósito está claro, está escrito. Es un conjunto de fundamentos básicos que tienen que ver con la democracia, el liberalismo solidario, la forma republicana y representativa de gobierno, la defensa de los partidos políticos y los sindicatos como base de la organización social. La acción social es el fin último, para lograr el desarrollo con equidad, para el progreso…

No obstante, ha habido que acompañar las coyunturas, las diferentes circunstancias. La dictadura de Terra dio a EL HERALDO un inusitado impulso, como la dictadura militar de la década del ‘70 -contra la que también estuvimos de frente- que nos obligó a redefinirnos y emprender unos de los mejores momentos de la historia periodística de EL HERALDO.

Las décadas del ’80 (pese al “terremoto económico” que representó “la tablita”), del ’90 y hasta la del 2000 fueron de expansión, abordaje de temas, debate ético, periodismo de contacto, formación de periodistas… Una época en que se profesionalizó el oficio como nunca.

NO SER HISTORIA
Esto nos ha hecho parte de la historia. Una empresa familiar como pocas -o ninguna- en Florida, que supera los 100 años y alcanza la cuarta generación Riva de periodistas y que hoy enfrenta cambios sociales, culturales y económicos que pone a todos al borde de una permanente crisis.

¿Qué haremos si queremos seguir escribiendo la historia y no pasar a formar parte de ella? Cambiar, adecuarnos, ser flexibles, intentar comprender el mundo que nos rodea y adelantarnos a las circunstancias.

Pero hay algo que es fundamental: si hemos existido siempre basándonos en esos pilares sólidos que constituyen el conjunto de ideas que han sido motor de esta brega, no nos apearemos de ellos, continuaremos este viaje.

Si hemos llegado hasta aquí sostenidos por lo que nuestros mayores nos heredaron, absurdo sería renunciar a ello. Estas es la esencia, esto es lo que nos da vida. Si no hubiéramos comprendido y compartido esos objetivos, habríamos perdido la razón de ser y es posible que ya no existiéramos o quisiéramos hacerlo.

Si EL HERALDO seguirá presente, en el formato que sea, en papel o digital, será porque habrá alguien que sienta y piense de este modo, de lo contrario habrá dejado de valer la pena.

Comisión internacional contra el racismo Juan Francisco Guichón, fue periodista, diputado, Secretario General del Partido Colorado y embajador. Formó parte de la delegación diplomática uruguaya que asistió a la “Asamblea de San Francisco” donde se fundó las Naciones Unidas, con delegados de 50 naciones aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar del 25 de abril de 1945 al 26 de junio de 1945 en San Francisco, Estados Unidos. Pero fue, además, designado representante uruguayo en una Comisión Internacional contra el Racismo, que ante la grave situación que se vivía en Europa durante el ascenso del nacismo, fue convocada en 1929 para reunirse en París, Francia. No llegó Guichón a formar parte de la partida, porque el congreso internacional quedó se canceló en pleno viaje, a raíz debido al inicio de la guerra. El barco en que viajaba no puedo llegar a destino y Guichón debió emprender el regreso por tierra, una vez tocaran puerto en Brasil. La cuestión del internacionalismo y los derechos humanos forman parte central de la tradición batllista de EL HERALDO.