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Un grande de Paysandú, Carlos Colzada:»Hacía 10 años que no iba, en 15 años habré ido dos veces al fútbol. Cuando dejé fue porque me saturó el fútbol, no quería saber nada»

MUSEO CHACARERO de DIARIO URUGUAY.

“Mis equipos jugaban al fútbol como al básquetbol”

Elbio Carlos Colzada marcó una época gloriosa en el fútbol de Paysandú, la última gran etapa. La misma estuvo avalada por los éxitos con Estudiantil llegando al campeonato del interior, el tetra campeón y también con la selección de Paysandú, donde consiguió cuatro torneos del Litoral y dos del interior y la copa internacional San Isidro de Curuguaty. Tuvo una desvinculación temprana si se quiere, “saturado” de tanto fútbol. Imponía a sus planteles convencimiento en su línea de trabajo y mucho trabajo. Un verdadero estudioso del fútbol. De oficio tornero, en los momentos que pudo emigrar priorizó lo laboral y familiar. A continuación compartimos la entrevista.

-Cuénteme como se vincula con el fútbol.
-Como jugador fue en un cuadro de afuera, Estrella del Norte, allá por el año ´60, luego comencé en Litoral en el año ´62 y allí estuve hasta el año ´65, del ´65 al ´69 en Wanderers, del ´70 al ´75 en Barrio Obrero cuando ascendimos de la B a la A y por último pasamos a Sud América, equipo con el que también ascendimos y ahí dejé el fútbol. Lo de Barrio Obrero fue un grupo de amigos, habíamos sido compañeros en la escuela número 11, nos costó varios años ascender con el Barrio. Y ese año que ascendimos bajó Sud América, y por un amigo que es Franklin Gottliebs y el “Chumbito” Girardi nos fuimos a Sud América porque se entrenaba menos en la B, y lo ascendimos también. Y luego dejé el fútbol.

-¿Cómo entrenador cuándo había empezado?
-En el año ´75 ya había comenzado a dirigir juveniles en Sud América.

-¿En qué puesto jugaba?
-Mi puesto en Wanderers era de marcador de punta o de zaguero. Cuando se lesionaban los cracks porque Wanderers tenía para hacer tres equipos yo entraba. Hace unos días estuve con Hugo Martínez, él en el ´56 vino de Francia, con el curso de entrenador y ya vino con la MW que no era otra cosa que la línea de 3 en el fondo. Hoy lo ponen como novedad jugar con línea de tres en el fondo. Y en el ´66 Wanderers con Martínez como entrenador gana la final ante Litoral en su cancha con esa receta.

-¿Algún técnico lo marcó especialmente?
-Mi pasaje por el fútbol me dejó que conocí mucha gente muy importante que también te va dejando enseñanzas y vos de todas ellas recogés un poco y después tenés que tener tu convencimiento personal. No sé si se le puede llamar aprendizaje pero si una información para nutrirme de conocimiento y después reuní lo que me servía. Lo ponía acá y lo que no lo sacaba pero de todo se aprende un poco, de los cursos que hicimos, de gente que vino a dar charlas. Uno se siente realizado porque en una charla vino el brasileño que dirigía a Peñarol, Dino Sani que dijo antes de un partido no se le puede hablar más de tres minutos a un jugador y yo me sentí tan realizado porque ya lo hacía acá. En el momento de dirigir, uno tiene que tener claro los tantos.

-¿Cómo sigue la carrera de entrenador?
-Como mencioné anteriormente, después de dirigir a Sud América dirigí a Olímpico, en el año ´78 cuando ascendimos de la Extra a la Intermedia, podíamos haber ascendido, perdimos la final de la Intermedia a la B, antes había 4 divisionales: la Extra, la Intermedia, la B y la A. A los rivales los estudiaba a todos, los tenía en la mente, ponía atención en cual era la individualidad de cada uno y la planificación me llevaba cuatro o cinco horas estudiándolos a los rivales y viendo como les iba a jugar. En determinado momento dije, esto no va más, si yo convenzo a mi cuadro que se maneje con los espacios, voy a saber cómo consigo la pelota, si en cancha contraria o en cancha nuestra, si hacemos zona, si hacemos pressing, si hacemos marca mixta, entre otras cosas. Así fue que se me empezó a dar, capaz con un poco de suerte pero los resultados que obtuve los obtuve así. En el Estudiantil de los años ´84, ´85 y ´86 el primer año ganamos los tres campeonatos, Apertura, Liguilla y Honor, en el ´86 llegó el campeonato del interior, ya había un pleno conocimiento, manejábamos los espacios, como íbamos a quitar la pelota, como hacíamos pressing y ya jugábamos con línea de tres.

-¿Cómo jugador te veías técnico?
-No me daba cuenta pero dicen que hablaba mucho con mis compañeros, me lo dicen ellos. No fui un jugador dotado técnicamente, más bien fuerte y de carácter fuerte también que me ha costado alguna expulsión. Una vez me dijo Da Silveira (Jorge) cuando venían a transmitir desde Montevideo, en la primera final con Durazno, al final ganamos los dos partidos, y recuerdo que ganamos acá y me pidió que subiera a la cabina. No tenía muchas ganas porque esa gente aparecía cuando eran las finales, pero fui. Me preguntó que explicara como gana tanto Paysandú y le dije, le voy a resumir algo, nosotros jugamos al básquetbol y a él le gustaba el básquetbol, vamos y venimos todos. Después podíamos hablar en cantidad de aspectos. Dijo él, “aquí hay que escuchar con oído fino, porque esto que nos está diciendo…”. Le dije algo que iba a pasar. Hoy se juega en 20 metros, o 30, veía en un partido del Barcelona, los dos equipos achicaban, se terminaron los dos cuadros estirados, pero se corren riesgos. También ayudó que ahora un partido ganado son tres puntos, antes un empate no digo que te servía pero no te alejaba tanto. También me dio buenos resultados el convencimiento total del jugador, yo les decía ustedes tienen que preguntar, exigirle al técnico, ¿por qué hacemos esto? Les daba este ejemplo, -pegale fuerte que si pega en una nube llueve y nos sirve jugar en el barro. Yo tengo que darle el fundamento, el por qué hacemos pressing.

-Los jugadores respondían.
-Les explicaba porque les pedía tal cosa, fueron muy aplicados. Tuve jugadores que ahora dirigen que fueron muy aplicados, esos jugadores hacían que el sistema funcionara. Tenés que tener gente que hable en la cancha para corregir detalles, cosas que no están saliendo bien, esto se precisa en el vocabulario. Por eso el jugador hoy día tenés que repetirle las cosas o decirle varias veces algo para que automaticé cual es la forma de conseguir la pelota, en tu cancha, en la otra, es decir, nutrirlo de conocimientos por si no los tiene. Además es importantísimo el trabajo en la semana, las prácticas. Nosotros los sábados en Estudiantil trabajábamos todas pelotas quietas, saques de banda, de córner, movida de la mitad de la cancha, lo practicábamos 10 veces, los saques de banda 30 veces, los tiros de esquina, dos horas llegábamos a estar. Vos en una temporada con pelota quieta podés hacer siete puntos, y capaz ganás un campeonato. Si será importante el trabajo de la semana.

-Una vez entrevistamos a Ramón Rivas, ex golero y entrenador y nos decía que Salto le copió cosas a Paysandú para tener éxito.
-Mi señora es prima de la señora de Roberto Mesa, un 9 de Salto y siempre hablamos con él, a los 18 años lo quería traer pero se fue a estudiar a Montevideo. Tenía una carpeta llena de trabajos de pelota quieta. Ahora está Jorge Moncecchi al frente de la selección, hay que esperarlo porque todo parte de una base, creo que esta conformación que tiene el fútbol de Paysandú hoy en día en cuanto a los técnicos, puede ser que haya que corregir algún detallecito pero es gente de bien, se cuenta con gente de bien, desde Rotti, Parodi, Moncecchi, los ayudantes de él, Carlitos Cabillón que estuvo en Young, Ramón Silvera, Ramón de los Angeles, Beninca, el “Pulga” Salles, entre otros, para mí es una satisfacción. También creo que está bien inspirada la idea porque partieron de la base de trabajar con gente de bien pero hay que darle la confianza suficiente, armarle la base y estar acompañado por la suerte, esta tiene que ayudarte. Me dijeron que con Tacuarembó no tuvieron suerte, a la suerte hay que ayudarla, porque si cruzás la vía 10 veces y no mirás, una la podés quedar.

-Usted fue acompañado también por muy buenos directivos en aquel entonces.
-Yo digo que a mí me fue bien, pero tenía directivos que lo que me faltaba lo tenía, es decir, me allanaban muchísimo el camino, en Estudiantil fue lo mismo, una gran directiva y en la Liga el cr. Cernichiaro y tenía gente que trabajaba mucho. Yo diría, si no se arranca con una buena directiva hay cosas que no se consiguen solo con los jugadores y el cuerpo técnico, es un conjunto de cosas pero la base, el pie de lo que se va a elaborar tiene que ser con base firme, sólida y convencimiento total. No se puede cambiar todos los días. Fue hace poco a ver un entrenamiento me contaba.
En las comidas que hacemos con los Seniors de Estudiantil, y hablando con ellos, me decían, bueno Carlos, tenés que ver alguna práctica, algún partido, así tenés una opinión me decía Jorge (Moncechi). Hacía 10 años que no iba, en 15 años habré ido dos veces al fútbol. Cuando dejé fue porque me saturó el fútbol, no quería saber nada. Yo le dedicaba muchas horas, llegaba una hora antes al entrenamiento y me iba una hora después, no se me escapaban los detalles. Ni el que llegaba de malhumor o el que llegaba complicado, me pasó una vez que me dijo un jugador que no había comido en todo el día. No es solo tomar el jugador y darle y darle, sin contar las cosas íntimas. Y las cuentan cuando están solos.

El manejo del plantel
El manejo de un plantel es muy importante y además también es importante tener espacios libres individualmente con cada uno, conocer la familia, el entorno de la familia, más hoy en día.

-Supo dirigir en la Argentina.
-Dirigí en Argentina, estuve tres años en Colón, en Ñapindá y tres meses en Gimnasia porque era un torneo clasificatorio. Ahí sin desmerecer lo nuestro porque es lo nuestro, uno es uruguayo hasta la muerte y lo queremos mucho pero hay una diferencia abismal en conceptos de lo que hay que proporcionarle al jugador, al cuerpo técnico y demás. Si clasificábamos con Gimnasia nos tocaba Racing de Córdoba, 9 de julio de Rafaela y Patronato de Paraná. Para luego llegar a la B Metropolitana.

A nivel de Uruguay
Tuvimos ofrecimientos, primero de Sud América cuando estaba en primera luego tuvimos contacto con Danubio, para ir a divisiones inferiores, estas oportunidades surgieron cuando salimos campeones del interior con Estudiantil pero era muy difícil, yo ya con familia, todos sabemos cómo es el tema de un técnico, perdés tres partidos y te volvés a tu casa pero tampoco eran ofrecimientos tentadores, era todo muy conversado superficialmente. Además de que se pagaba muy poco, tanto es así que hubo un club que me ofreció electrodomésticos, esto era bastante insólito. Todos los meses te daba un electrodoméstico.
En la AFA a Gimnasia le daban en cada torneo cuadrangular, en aquella época, ´95 te estoy hablando, le daban 20 mil dólares para gastos y traslados. Arrancaban así, cuando íbamos a jugar a Córdoba, los dirigentes me preguntaron si quiere ir en avión o en un ómnibus. El avión era dela fuerza militar, lo consulté con el plantel, y me dijeron que preferían ir en ómnibus. Jugábamos un domingo y fuimos un jueves a la noche, ya ves, son 800 kilómetros. Llegábamos de noche, amanecimos el viernes y ese día entrenamos. Los jugadores eran casi todos profesionales. Solo algunos jugadores de Concepción trabajaban.
Estuve esos tres meses, recibí un plantel de Gimnasia mes y medio, al mes contrataron 10 jugadores y los trajeron sin consultarme. Cuando se hizo la despedida, la cena, me dijeron que el año que viene me radicara allá, les dije que yo quería elegir los jugadores. Vinieron y tenía que cerrar el taller, no era momento de hacer carrera, era una aventura.

-El proceso de Tabárez en la selección ¿qué le ha parecido?
-Creo que en general el Maestro le dio mucha seriedad y aprendimos todos a respetar la línea que tiene. Yo discrepo muchísimo de la forma de dirigir pero se consiguió un respeto por la selección, que los contratistas no se metieran en el banco. Antes del Maestro no sé si ustedes recuerdan, era un quemo ir a la selección, algunos jugadores no querían ir, hoy en día no hay un jugador que no quiera estar en nuestra selección uruguaya. Este proceso fue muy bueno, es más, ya tendría que haber dado un paso al costado y él estar al frente de todo, siendo el director general. Yo soy de los que entiendo que el entrenador tiene que agarrar el silbato y meterse a la cancha.
A esta selección no le faltan individualidades, lo que le falta es funcionamiento de equipo, nosotros estamos esperanzados en los goles de Suárez, Cavani o que Godín meta uno de cabeza pero nos olvidamos del funcionamiento del equipo que es clave para conseguir cosas importantes y nos va a seguir pasando que vamos a sufrir porque en función de equipo hasta Venezuela juega mejor que nosotros. Le iremos a ganar a un equipo importante pero perderemos con otros menos importantes.

-¿Lo conoció a Tabárez?
-El vino a una charla antes de ir a su primer mundial (1990). A mí me entregaron el premio Charrúa, vino a dar dos charlas acá y estaba Gregorio Pérez que era ayudante de él y el profesor Herrera ya estaba trabajando también en la selección. El charrúa de oro lo ganó Ostolaza (Santiago) ese año y a mí me premiaron porque había ganado muchas cosas en el interior y eso lo remarco. Cuando me vieron se pararon y me vinieron a saludar, estaba sentado en una banqueta de un teatro y el primero que vino fue Gregorio Pérez.

-¿Algún técnico que le guste hoy? Bielsa, Guardiola..
-Son diferentes características, Bielsa es uno de los mejores cinco técnicos, A Chile lo cambió, a Argentina le dio la mejor eliminatoria. Yo vi trabajar a técnicos argentinos, que realmente me gustan, metidos en la cancha, cortando, para decir esto o aquello. Hay que interrumpir. Volviendo a tu pregunta de hoy, una vez hubo un jugador que me dijo que no podemos jugar tan ligero y yo le dije cuando terminó la práctica, acá se va a jugar como digo yo, vos si querés venís a los asados. Si no estás de acuerdo no quedás. Si no exigís rapidez, velocidad, jugar de primera, y no funcionás marcando todos juntos o haciendo zona y que el jugador te capte lo que vos pedís, no podes tener un jugador así en el plantel. Antes, ahora y en el futuro, el gran tema del fútbol es conseguir espacios, para atacar, reducir espacios para quitarla, para atacar conseguir espacios. ¿Cómo conseguís espacio? Viniendo a tu zona y saliendo de contragolpe. Cuando tenés espacios no tenés que tirarla, tenés que llegar rápido al arco contrario. En la Argentina físicamente es imponente cómo están, entrenan el doble que lo que entrenamos nosotros.

Paysandú Wanderers campeón en todo en 1966. Con la recordada final en el “Rivabén” goleando al local Litoral. Allí Hugo Martínez, según los propios dirigentes de Wanderers, planificó una estrategia de juego que fue brillante.
De pie están Héctor “Mingo” Merlo, Joaquín Ayala, José María Paredes, José “Cura” Moreira, Carlos Colzada, Roberto Cuevasanta y Héctor “Gaucho” Lancieri. Hincados, Jorge Grieco, Luis Collares, Baldomero Sanín, Juan José Coore y Juan Petrella.

-En sus equipos ¿quién hacía la preparación?
-Yo hacía toda la preparación en Estudiantil. Estaba convencido que los trabajos físicos había que hacerlos con pelota, salvo la resistencia. Para eso salíamos a correr, caminábamos, trotábamos, corríamos, cambiábamos como pasa con las acciones de juego. Nunca un jugador corre todo el partido ni trota. Luego estuvo Hugo Texeira en la selección, también Carlitos Damico en una oportunidad, el hijo de Julio pero sin jactarme de nada, ellos son los que sabían. Yo los viernes los quería enteritos, livianos.

-En el profesionalismo ¿por qué nos cuesta tanto?
-Puede ser la parte física, cuando intervino Bella Vista lo que hay que remarcar es que ningún técnico hizo lo que hizo Ramón de los Ángeles, hay que tener conocimiento del material que se tiene. No se puede venir en paracaídas y dirigir por el nombre que se tiene. Los dirigentes tienen que tener bases sólidas.
En Paysandú hay algunos muchachos (entrenadores) que conocen los jugadores, de los 4 años en adelante. Martín (Parodi) tendría que arrimar, lo precisamos por su experiencia en los vestuarios, por su historia como jugador, igual para Rotti, Moncecchi, hay que respaldar a esa gente, tienen que nutrirse de gente empapada, tener un seguimiento del jugador. Técnicos que conocen la trayectoria de los jugadores, donde rinde más, donde rinde menos, es un capital que no se puede perder. Si no fíjate lo que me pasó a mí cuando dirigí a Gimnasia, los veía en el momento, los elegía ahí. Cuando me vinieron a buscar para el segundo año, les dije que yo quería elegir los jugadores, verlos todo el año.
Yo estaba solo para la selección (Paysandú), no dirigía en el fútbol local, los miércoles nos reuníamos, citaba a un plantel, si tenía duda con algún jugador lo volvía a citar, iba probando nuevos jugadores, yo probaba jugadores y veía si retenía lo que decía.

El técnico tiene sus jugadores.
Yo te voy a contar lo mío, en el ´84 con 39 años me dan la selección de Paysandú, yo dije, esto es facilísimo, cito a los mejores técnicamente y armo una gran selección. Jugábamos muchísimo con “Pitufo” Alsugaray, Vignolo, Víctor Carbajal, Sequeira de líbero, jugadores bien dotados técnicamente, en el medio Gutiérrez, Barreto y la “Boga” Pereira, el “Bocha” Satriano también estaba. Jugábamos empila pero el Litoral es otra cosa, tenés que tener gente preparada porque si tenés que ganar por arriba tenés que tener estatura, el plantel convencido, a veces tenés que jugar, a veces apostar al cambio de frente.

No se ven tanta gente alta en el fútbol local
Esta selección si tenía, a Morales y Schneider y también Patritti estaba. Una de las cosas básicas en fútbol es trabajar y trabajar con el plantel, pero preparar todo el plantel para que si a un cuadro hay que presionarlo, ¿cómo hay que hacer el pressing? Porque hay una sola pelota, yo veo en Montevideo que no saben hacer pressing. El pressing es marcar todos a la vez.

-Un poco la idea de Cruyff.
-Él revolucionó el fútbol. Yo una vez le dije en una comida, si puedo hago un equipo con todos volantes, lo haría porque el jugador tiene que jugar sin puesto fijo, es el fútbol del futuro. Si un marcador pasó arriba que siga y que otro lo releve, el fútbol total. El pressing no todos lo entienden, pressing no es cuando achicás acá, todos tienen que presionar, que no le quede pase al rival, cinco jugadores presionan y otros hacen zona porque te puede pasar un habilidoso de los 10 que tenés. Ese es el fútbol hoy en día. El fútbol es conseguir espacios, para defender y para atacar.
Otro ejemplo que le daba a los jugadores, así los convencía, les decía que ponía una liebre en una chacra suelta que supuestamente es la pelota de fútbol. Ahí no la vas a agarrar, ¡qué la vas a agarrar! pero en 10 metros cuadrados capaz que sí y en dos metros cuadrados es más fácil. Se necesita mucho trabajo, porque achicó uno y otro no, ahí tenés que pitar.

El “Galleta” Castro
Yo tuve un jugador en la selección muy habilidoso, el “Galleta” David Castro, jugábamos con Salto un partido. Salto jugaba con línea de 4 y el 5 recostado, lo fui a ver con Tacuarembó porque Paysandú tenía libre. Salto venía a jugar acá, yo lo ponía a Beninca de 5 y va a haber 50 metros entre un 5 y otro, y lo puse a Castro de 5, y se lo explicaba varios días antes. Y Castro lo encaraba, se sacaba el 5 de adelante y estaba a 20 metros del arco, En el primer tiempo ganábamos 3 a 0.

 

Fuente: 20once de Paysandú